Visitando Granada

Granada, tierra santa para unos, lugar contemplativo para otros. Hoy por hoy, uno de los lugares más bellos a visitar en esta vida. Nadie debería abandonar esta existencia, sin antes visitar y contemplar, los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco entre 1984 y 1994.

Según narra su historia, Granada fue capital del Reino Zirí de Granada durante el siglo XI y del Reino Nazarí entre los siglos XIII y XV. Tras la toma de posesión por los Reyes Católicos, se mantuvo como capital del Reino Castellano de Granada y se mantuvo así hasta su división de reinos (en la actualidad) en el 1833.
Todo el mundo se siente atraído por su ciudadela Alhambra (Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984), junto al precioso Jardín del Generalife y el Albayzin (o Albaicín), dan cabida a más de ocho millones cuatrocientas mil visitantes por año.

 

Su imponente Catedral está considerada como la primera iglesia renacentista en España. Veinte museos completan este legado cultural, así como su Parque de las Ciencias y su Museo de Bellas Artes entre otros.
Para conocer Granada, lo mejor es visitarla por Barrios:

 · Casco Histórico: Uno se queda impresionado ante su interminable Catedral, donde justo al lado está la capilla real, donde descansan los restos de los fundadores de España, los Reyes Católicos.

La visita obligada la tienes en su Zoco de Granada o su Alcaicería, antiguo mercado de la seda. También podrás descansar en la plaza más importante de los granadinos, la Bib-Rambla, rodeada de flores diversas y de tiendas de té, muy típicas en la zona.
 
El Ayuntamiento o el antiguo Convento del Carmen, tiene su fachada en restauración, por lo que a unos metros (por detrás de su puerta principal) puedes visitar el Jardín Botánico, un pequeño parque donde podrás disfrutar de numerosos árboles y plantas de diferentes especies.

El Corral del Carbón, es el monumento más antiguo que nos dejaron los árabes y será un buen aperitivo antes de poner rumbo al Albayzin, al Jardín del Generalife y a los Palacios Nazaríes de la Alhambra.
El corral fue un depósito de mercancías y albergue de mercaderes. Hoy día sólo se puede pasar a contemplar la entrada, el patio y su fuente que hay en el centro de la plaza, aún activa. Encontrarás dentro una Oficina de Turismo, la única de la ciudad dónde se permite la impresión de las entradas para la Alhambra, sin necesidad de subir una hora antes a la misma.

 · El Sacromonte: El Sacromonte tiene fama reconocida por sus Zambras y por ser considerada la Cuna del Flamenco.

Sus Zambras o Cuevas usadas como tablaos, tienen espectáculos de flamenco a diario, muy visitadas sobre todo por el turismo nacional y asiático.
Sus laderas y sus casitas blancas harán las delicias de los visitantes de camino al Museo de Las Cuevas del Sacromonte (siglo XVI).
 
 
· Albayzin: Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1994. Su encanto reside en los Cármenes (casas típicas con huerta y jardín), así como la cuesta que precede al mirador de San Nicolás, donde podrás contemplar a toque de guitarra española de artistas anónimos, un bonito atardecer viendo la panorámica de la Alhambra con fondo de Sierra Nevada (en días claros).

Pero antes de llegar al Albayzin, primero tienes que pasar por la Plaza Nueva, y después atravesar la Carrera del Darro. El río que desciende es el Darro, y sobre él encontraréis a vuestro paso los puentes del Aljibillo, Chirimias, Cabrera y Espinosa. Enfrente del puente de Espinosa se encuentran los Baños árabes del Bañuelo y avanzando un poco, nos encontramos con el actual Museo Arqueológico, la Casa de Castril. 

Después de subir la cuesta de Chapín (no más de diez minutos), llegarás al mirador de San Nicolás. Si continuas, el final del trayecto es una plaza que conecta con el Paseo de los Tristes. Su nombre proviene de los cortejos fúnebres que antiguamente pasaban por el paseo antes de subir al cementerio que se encuentra detrás de la Alhambra.
 Cuando deshaces camino, bajas cuestas y picas comprando algún recuerdo, el descanso se hace primordial, y más después de contemplar durante horas parajes, sendas y monumentos.

Los párpados necesitan cerrarse, el autofocus de la cámara enfriarse y cada uno necesitamos un espacio de meditación diferente. Hablar de dónde alojarnos sería dar por hecho que un hotel es mejor que otro, por lo que prefiero que decida el lector lo que considere, a este viajero de papel siempre le parecerá el acertado.

¿Dónde comer?, comer es una cosa y degustar platos típicos de Granada es otra. Hay muchos lugares para saborear rica comida andaluza, marroquí, típica nacional e internacional. En Granada al igual que en casi toda Andalucía, uno comprueba la importancia de “la tapa”. Como dicen los andaluces y ahora también los alcalaínos, la tapa es el regalo de la caña. Y si encima te dan a elegir, mejor que mejor.
 

Mi recomendación es que si quieres comer con las tres BES, “Bueno, Bonito y Barato” te vayas cerca de la Catedral, por la zona de tapeo en la Calle Elvira. Para los que tengais la suerte de cobrar parte de vuestro salario en Cheques Gourmet o Restaurant, la mayoría de estos restaurantes los admiten, aunque no tengan pegatina en sus cristaleras.